ATENCIÓN: ESTE POST REVELA DETALLES DEL ARGUMENTO.
Estos post sobre la saga Star Wars están analizados desde el punto de vista de las propias películas, omitiendo todo tipo de novelas, comics, videojuegos o demás.
Tan solo dos abreviaturas. S.O es Saga Original y S.C es Saga Contemporánea. Gracias.
Tres años después del esperado Episodio I llegó la siguiente entrega de la nueva trilogía Star Wars. Puesto que la precuela fue calificada como una decepción las expectativas no estaban del todo claras para éste Episodio II salvo esperar que se diera un pequeño golpe de timón planteando una película distinta, aunque Lucas sí tenía bastante claro lo que quería y con eso muchos tenían suficiente. Asimiló que La Amenaza Fantasma fuera etiquetada como excesivamente infantil, puesto que su plan consistía desde el principio en ir progresivamente aumentando los niveles de dramatismo y oscuridad para llegar a un clímax en el Episodio III. Por tanto El ataque de los Clones era un puente entre ambas en casi todos los sentidos.
El resultado fue una secuela plagada a tutiplén de errores de guión y de alicientes mal encajados que se alejó del tradicional esquema de ciencia ficción - aventuras para ofrecer lo nunca visto, una película de Star Wars cuyo eje central era una historia de amor con una guerra como telón de fondo, o lo que viene a ser lo mismo, un tipo de película que Lucas nunca había hecho. No pocos fans la consideran la peor de la nueva trilogía, y es que tan obcecados que estaban en el drama romántico se descuidaron bastantes cosas que ahora veremos.
STAR WARS EPISODIO II. EL ATAQUE DE LOS CLONES.
Ha surgido un movimiento separatista en el núcleo de la República liderado por el misterioso conde Dooku, el Senado debate la posibilidad de crear un ejército clon para enfrentarse al incipiente ejército separatista. A su llegada a Coruscant para votar en contra de ese proyecto, la ahora Senadora Amidala sufre un atentado del que por fortuna sale ilesa al ser su doble la víctima.
Algo no funciona desde el principio. Si Episodio I era una película que rebosaba color y eso ayudaba a que el espectador mantuviera fácilmente el interés, el formato de este Episodio II parece mostrar unos entornos más “apagados” y claustrofóbicos como si se hubiera perdido agilidad y diera una cierta pereza seguir adelante. Se quiso buscar un toque más oscuro que al final terminó revelándose fallido, muchos efectos especiales y visuales puestos al servicio de una película que solo a cuentagotas sabrá transmitir la intensidad necesaria.
Por otro lado ya aparece el primero de muchos detalles muy poco pulidos, cuando Padmé consuela a su doble moribunda se puede ver claramente que no es la misma actriz de Episodio I, no va con el sempiterno maquillaje blanco, no tiene la misma voz y además no se parece a ella en nada, muy ciegos tendrían que estar sus enemigos para no darse cuenta de que no es la verdadera. Aparte de esto ella ha llegado en realidad en un discreto caza mientras la doble iba en la nave principal. ¿Desde cuando sabe pilotar cazas? ¡Eso sí que es una Senadora! Tampoco seré muy exigente con esto ya que en teoría han pasado diez años desde el Episodio I y da tiempo a aprender muchas cosas, y es que Padmé es una mujer de carácter que sigue siendo una caja de sorpresas.
El Canciller Palpatine charla con el consejo Jedi sobre que la República pueda estar al borde de una guerra si las tensas negociaciones con los separatistas fracasan. Para mantener bajo protección a Amidala recomienda la supervisión de un viejo conocido, Obi Wan Kenobi.
Cinco minutos de película y llegamos a una de las preguntas más inquietantes de las seis entregas de Star Wars que nunca quedaría respondida. Esa clase de preguntas “castaña” que por alguna extraña razón el guionista no pareció hacerse en ningún momento, o solventarlas de un modo muy poco coherente. Darth Vader detecta con la fuerza que Obi Wan está en la Estrella de la Muerte, detecta que Luke es su hijo, puede hablar con él a kilómetros de distancia, Obi Wan detecta la destrucción de Alderaan, Qui Gon detecta a Anakin antes de llegar a Tatouinne…¿cómo puede ser posible que todo el consejo Jedi no sea capaz de darse cuenta de que Palpatine es un Sith teniéndole al otro lado de la mesa?
Si bien ya hubo algunos retazos de algo así en Episodio I cuando Palpatine saluda a Obi Wan en la escena final sin que éste detecte nada o en la ceremonia de incineración en que todo el consejo está presente con el Sith al lado, ésta escena es mucho más potente al aparecer todos al mismo tiempo. No fué la única vez que el espectador se llevó las manos a la cabeza al estar contemplando algo absolutamente imposible a tenor de los prodigios de la Fuerza aprendidos en la S.O.
Si tenemos además en cuenta que la única explicación que se le da a esto resulta pobre y suena a excusa rápida y barata - Windu simplemente comentará que la capacidad de los Jedi para usar la Fuerza ha disminuido - y que resulta del todo incongruente - Yoda detectará sin problema los asesinatos de los Tuskan a manos de Anakin en otro planeta, el lado Oscuro en Dooku en la pelea final y las muertes de los Jedi en el próximo episodio - nos quedamos con un escandaloso agujero de guión que le dejó con cara de tonto prácticamente a todo el mundo.
Y solo es el principio de ésta ridícula escena. El concepto de Jedi sigue cambiando después de lo ya visto en Episodio I. Si en la S.O venía a ser alguien noble, virtuoso y defensor de las causas justas, ahora tan solo parece un soldado al servicio de un gobierno concreto, la República en este caso, y su deber consiste en defenderlo manteniendo una paz en las calles cual policía urbano y luchando contra cualquier enemigo extranjero. Rapidamente Windu, pese a haber dicho que no hay suficientes Jedi para “defender la República”, intenta tergiversar esta realidad comentando que son “guardianes de la paz y no soldados”. Pero de nuevo habrá tiempo para comprobar que esta afirmación se contradice en la batalla final en que todos acudirán a enfrentarse contra el ejército separatista. Se habla de guardar la paz…y al mismo tiempo rehuir el combate con el enemigo. Sea como sea el texto ya empieza a hacer aguas mayores.
Y aún no hemos terminado. Palpatine habla de que sean Obi Wan y Anakin quienes protejan a Amidala. Todos entendemos que lo que quiere realmente es acercarse a Anakin lo máximo posible. Es fácil intuir que ya le fichó como posible aprendiz del lado Oscuro y que será más fácil acceder a él si le tiene cerca. Qué rápido fué si en ese encuentro de dos segundos en Episodio I ya pudo darse cuenta de eso - otra exigencia de guión - pero lo realmente inquietante es. ¿Qué sabe de él y cómo está tan seguro de que va a ser su hombre si ha estado diez años sin verle y su entrenamiento ha sido lejos de aquí? Misterios de la vida.
Como nota final Yoda aparece completamente digitalizado, pues tendrá muchos más minutos en pantalla que en Episodio I donde tan solo aparecía en contadas ocasiones y Lucas no quiso dar ese paso hasta ahora. Parece increíble cómo en la S.O una marioneta manejada al mismo tiempo por tres hombres, le diera más vida a este personaje que el mejor ordenador del mundo. Grandes lecciones de cine.
Maestro y alumno se presentan ante Amidala para iniciar su misión de protegerla. Aunque la Senadora desearía respuestas y no protección Obi Wan es reticente a iniciar una investigación para encontrar al asesino, pues sus órdenes son tajantes.
Hayden Christiensen. Más de mil actores probaron suerte en el casting, incluso se dice que el hijo de Tom Hanks, Colin Hanks. Se buscaba un rostro poco conocido para dar vida a un Anakin semiadulto en lugar de fichar a una estrella consagrada. De por sí es una estrategia que muchos directores han utilizado con acierto cuando se trata de interpretar a un personaje que pese a ser desconocido, el público podrá llegar a tenerle cariño si se tiene buen ojo en el casting. James Cameron y su filmografía uno de los mejores ejemplos de esto. Por tanto cuando por fin salió el nombre de Hayden el público esperó con ansiedad ver de lo que podría ser capaz éste novato a quien nadie conocía demasiado.
Sin embargo no sería la primera vez, ni la décima, que público y productores no tienen los mismos intereses. He aquí unas declaraciones de Rick McCallum, productor y mano derecha de Lucas que nos ayudarán a entender:
“Cuando conocí a Hayden no pensaba que fuera a funcionar, pero cuando lo ví junto a Portman supe que era fantástico para el papel”.
Ahí tenemos el quid de la cuestión. Hayden no fue seleccionado en base a lo buen actor que pudiera ser o las buenas referencias que pudiera acreditar. Fue seleccionado simplemente porque hacía buena pareja con Natalie Portman. Mientras la mente del público se imaginaba a un actor que pudiera desenvolverse en un papel importante amparado por los demás pesos pesados del reparto, los productores solo parecían estar viendo un montón de fotos con las que forrar carpetas. Arriesgadísima jugada por no decir temeraria, y más si estamos hablando de un personaje clave en la historia del cine. Lo único que podía correr a su favor era el paralelismo con los actores del Episodio IV, tan desconocidos la mayoría como él en su momento. Más tarde veremos el recibimiento que la crítica le dio al joven canadiense.
Teniéndole ya a él como Anakin nos encontramos con que Lucas apenas respetó sus propias ideas, a primera impresión no se puede pasar por alto el tremendo salto de edad del personaje, pasamos de Jake Lloyd al que Natalie Portman le sacaba ocho años, a Hayden que tenía…los mismos. De risa, pero todo sea por el bien del amor.
Yo sin embargo, sí quiero partir una pequeña lanza a su favor. En sus primeras escenas en que sube en el ascensor con su maestro y entran en los aposentos, vemos que están trabajados algunos pequeños gestos, esa clase de detalles en los que me gusta fijarme a veces. Obi Wan lleva sus tradicionales ropas Jedi mientras él “ya” va con unas vestimentas de negro. Al presentarse a Amidala Obi Wan se inclina en señal de respeto y él no, es contestón, se dedica a hablar cuando solo debería hacerlo su maestro, Obi Wan le insta en público a que siga su ejemplo cuando eso ya debería tenerlo asumido desde el primer día, la relación con su maestro es tensa, todo lo contrario de la que Obi Wan tenía con Qui Gon a quien siempre escuchaba. El perfil de su personaje por tanto, es el del tradicional adolescente rebelde y arrogante de instituto que acepta de mala gana cualquier clase de autoridad porque se siente mejor que ellos, pero estamos hablando de un Jedi con un extenso entrenamiento, habrá que esperar a ver cómo se desarrolla todo. Sigue pensando en su madre a la que echa mucho de menos. Por otro lado Obi Wan se ha dejado barba, dándose ya un cierto aire a Alec Guiness.
Obi Wan y Anakin comprueban la seguridad del hotel pero pese a las fuertes medidas tomadas una sonda enviada por una asesina logra introducir dos orugas venenosas en la habitación de Amidala. Los Jedi llegan a tiempo de evitar la muerte de la Senadora, y tras atrapar a la causante ésta es asesinada por un caza recompensas que huye volando.
Antes de comentar esta larga escena hay que tener muy en cuenta una nota importante. Pese a la sempiterna espectacularidad de Star Wars, la S.O nunca fue un espectáculo de masas en el sentido de ver despliegues enteros de ejércitos en un solo plano o muchos personajes a la vez compartiendo uno. Todo era en sí mucho más moderado de lo que parece, sobre todo en los escenarios, anchos desiertos, zonas heladas y junglas, alejándose de ciudades superpobladas que en cada plano pudieran caber cientos de edificios y coches voladores, cosas de la época sin duda. La acción importante ocurría casi siempre dentro de naves o Estrellas de la Muerte y no en tierra. Tampoco demasiado en el Episodio I salvo algunos latigazos en la batalla final de los gungan en que el ordenador hacía posible aparecer cientos de individuos. Por el contrario aquí se rompe esa tónica por completo. La escena de la persecución, en la que por cierto aparece Sebulba el corredor de vainas, sirve para que el espectador se sumerja de lleno en el nuevo look que se le da a la película en medio de un centro urbano plagado de tráfico y multitudes. Los planos están muy elaborados sí, pero el público actual se deja hipnotizar cada vez menos por estas cosas si las sensaciones no son buenas. El look en sí tuvo una mala acogida alegando que se parecía demasiado a Blade Runner - y un poco también a El Quinto Elemento de Luc Besson - y que no pegaba para nada con Star Wars, y razones no faltan. Callejones oscuros, humo en las calles, ambiente nocturno, publicidad en los rascacielos y la tremenda escena del bar.
Pero vayamos paso a paso. Alguien con un traje “muy parecido” al del caza recompensas Boba Fett le pasa a la asesina las orugas venenosas quedando claro que trabaja para alguien, quien realmente quiere ver muerta a Amidala. Lucas seguirá empeñado en darles unos orígenes a cuantos más personajes mejor de la S.O, pero se sabrá todo de él más tarde. Como curiosidad, en la escena en que mete el tubo de orugas en la sonda, arriba del todo aparece la cara de uno de los alienígenas músicos del Episodio IV.
Llegamos ahora a una escena que no tiene precio cuando los Jedi entran en un bar nocturno que presenta un ambiente discotequero a la última moda, televisiones sintonizando carreras y deportes en plan casa de apuestas y mujeres de vida licenciosa. Obi Wan se pone tranquilamente a beber chupitos en la barra despachando a un camello ¡que intentaba venderle droga! No exagero si digo que más de uno debió quedarse boquiabierto ante algo como esto. Lo nunca visto ni imaginado en Star Wars. Qué lejos queda aquella cantina de Tattouine del Episodio IV en que no hacía ninguna falta mostrar nada de esto. Aquí tenemos una clara muestra de lo mucho que se fue diluyendo el espíritu de la S.O por ideas delirantes como ésta.
Tras atrapar a la fugitiva el caza recompensas le mata con un dardo venenoso, pero el público ya ha asimilado que ese individuo tiene algo que ver con Boba Fett.
El consejo asigna a Anakin la protección de Amidala y a Obi Wan la búsqueda del misterioso caza recompensas, tras comentárselo a Palpatine, Anakin y Amidala viajan a Naboo de incógnito.
Lo más destacable es el encuentro Palpatine - Anakin. Es evidente que el futuro Emperador ya empieza a llenarle de zalamerías a ver si el día menos pensado se pasa al lado Oscuro, lo cual encaja con su forma de ser ya que desearía más elogios que reprimendas en la vida cotidiana. Pero no se puede pasar por alto otro agujero de guión. ¿Él agradece sus progresos a su guía? ¿Cuántas veces se han visto en los últimos diez años? Que el espectador sepa tan solo dos contando ésta, y muy fugazmente. No existe razón alguna para que deba agradecerle nada pues su entrenamiento siempre ha sido con Obi Wan, pero no habrá ninguna explicación acerca de esto.
Obi Wan habla con Windu y se repite lo de la profecía del equilibrio a la Fuerza por si a alguien se le había olvidado, pero sin explicar aún - ni nunca - nada de lo que significa en realidad. Amidala por su parte selecciona a Jar Jar como sustituto en el senado (bien, se sigue cavando una fosa aún más profunda para el gungan). Las manos en la frente no terminan ahí puesto que esa escena en que Anakin y Amidala charlan mientras ella hace la maleta - maletas en Star Wars, qué barbaridad - se ha convertido en una de las más famosas de la película por un error garrafal. Se puede ver en un plano cómo ella saca una prenda del armario que por arte de magia cambia de color al plano siguiente.
Anakin comenta interesantes cosas sobre Obi Wan, en realidad le respeta y agradece ser su aprendiz pero se siente muy infravalorado por él, y de hecho hasta se puede deducir que tiene razón puesto que el consejo no duda de sus grandes aptitudes. Ayuda a describir al personaje, él es consciente de sus cualidades y por ello cree que podría superar a cualquier Jedi, es impaciente sí, como si tuviera prisas por alcanzar su plenitud.
También la escena de la despedida, vemos que Amidala le da instrucciones a otra sirvienta, si no me falla la memoria será la última vez en toda la S.C en que aparecerá esta idea de la falsa Amidala, o al menos eso parece porque nuevamente la farsante no se asemeja en nada a ella. Y además, si ha dejado a Jar Jar como sustituto, ¿qué necesidad tiene de poner a otra falsa Senadora?
Por último un error de raccord físico por la distancia que la pareja le saca a R2 al bajar del “autobús” y segundos después ya aparece justo detrás de ellos.
- pasaré a contar cada historia por separado -
Utilizando como única pista el dardo, Obi Wan descubre que el veneno en cuestión solo existe en un planeta llamado Kamino, cuyos habitantes de dedican a la clonación, por lo que decide acudir a un archivo de datos para encontrarlo pero extrañamente, el planeta no aparece en los mapas.
Más escenas de escándalo cuando el Jedi acude a un bar callejero en plan detective privado de los años cincuenta, más propio del cine negro que otra cosa, a preguntarle al barman qué sabe acerca del veneno - ¿otra vez Sebulba por ahí? - ¿No podía consultarlo en otro archivo de datos?
Pero la que más da que hablar es al acudir a Yoda que está en plena clase de Jedis niños que por cierto llevan el mismo casco que Luke en Episodio IV. Personalmente no me gusta éste aliciente de que sean seleccionados para adiestrarse desde que son niños y ahora me explico. Ya comenté que en la S.O no aparecían nunca más de dos Jedi, Luke y Obi Wan junto con el maestro Yoda. De alguna forma ser un Jedi parecía algo al alcance de muy pocos individuos, un único caso entre miles y miles en que había que tener un corazón puro y noble, por momentos hasta recordaba un poco al cine japonés en que un aprendiz se pone bajo el tutelaje de un sabio maestro para luego terminar superándole. Y si bien lo del consejo en Episodio I no me había parecido mala idea ahora ya no puedo decir lo mismo. Si adiestras a un Jedi desde niño durante muchos años, ¿qué pasa con Luke, al que le adiestran en tiempo record siendo ya adulto pasando olímpicamente de ese requisito? ¿Cuántos Jedi hay realmente en la República aparte del consejo? Decenas, cientos incluso. Se ha perdido por completo esa entidad de grupo reducido, dando la sensación de que muchos individuos pueden ser Jedi y no solo una selectísima minoría. Antes eran además personajes misteriosos y reservados, pero ahora todo el mundo sabe de ellos.
Aparte de esto hay uno de esos momentazos que le pueden dar fácilmente la risa tonta al espectador. Obi Wan va a preguntar a Yoda por el planeta que no aparece en los archivos no entendiendo la razón. Yoda lanza la pregunta a sus alumnos y uno va y contesta que si un planeta no está donde debería estar es…porque alguien lo ha borrado de los archivos. ¡Bien Obi Wan! Y eso se lo tiene que decir un niño de seis años a un maestro Jedi que no ha sido capaz de llegar él solo a esa conclusión. Malos augurios hay para la República. Y encima Yoda se cachondea diciendo “sin duda maravillosa la mente de un niño es”. Y tan brillante. Pasemos rápidamente de esto.
Obi Wan llega a Kamino y descubre que los kaminianos llevan diez años creando un numeroso ejército clon para la República del que el consejo nunca supo nada y que según parece, fue encargado por un Jedi que ya estaba muerto antes. El huésped original fue un caza recompensas llamado Jango Fett, quien también pidió un clon para él llamado Boba.
Señoras y señores, llegamos al que en mi opinión es el PEOR aliciente de todo Star Wars en general y con diferencia. Los soldados del archifamoso ejército imperial de la S.O, esos tipos con casco y uniforme que como todo el merchanding de la época se convirtieron en todo un símbolo, no son realmente seres humanos, son clones creados a raíz del ADN de Jango Fett el caza recompensas. Que levante la mano quien en su sano juicio pudo haberse imaginado algo así antes de ver la película.
Erre que erre Lucas quiso darle un principio a cuantos más personajes mejor, a nadie le importó en exceso ver a R2 o a C3PO de meros comparsas o como máximo a un Anakin niño, pero esta vez Lucas jugó al peligrosísimo juego de darle al espectador gato por liebre. Entendámonos. No, nadie decía en ningún momento de la S.O que los soldados imperiales fueran seres humanos…pero era evidente que lo eran ¿no? Todo el mundo lo sabía y lo daba por sentado, porque si no ¿a qué viene lo de que “no eres un poco bajito para ser soldado” si son todos iguales? No solo de comentarios se vive ya que en cualquier película de la S.O podemos ver claramente algunas diferencias de altura. ¿Qué todos tenían la misma voz? Bueno, pues sería por los comunicadores que usaban y ya está.
No había ninguna necesidad de hacer algo que al público en realidad no le importaba saber. Era fácil pensar que el Imperio tendría sus propios métodos de reclutamiento para engrosar su ejército o como mucho que los futuros soldados imperiales serían el actual ejército separatista si es que la República iba a ser derrotada. Por tanto ¿se acaban de cargar más de veinte años de personajes?
Por otro lado nada se sabe de ese Jedi, un tal maestro Sifo Dyas, que fue asesinado. Si los clones llevan diez años fabricándose y ese es el tiempo que pasa entre Episodio I y II, se ve que Palpatine puso en marcha ese plan justo al ser nombrado Canciller. Aunque dicho sea de paso, tampoco es que le importe mucho al espectador, presa ya de la incredulidad.
Entre tantas noticias casi no hay tiempo para fijarse en los propios kaminianos, personajes bastante bien hechos para mi gusto.
Obi Wan insiste en conocer a Jango y tras conversar deduce que es quien intentó asesinar a Amidala. El Jedi intenta detenerles pero Jango y Boba escapan y son perseguidos hasta el planeta Geonosis, bastión separatista.
Los delirios no han terminado con los ejércitos. Un Boba Fett niño, el carismático personaje de Episodio V, aunque a mí personalmente nunca me llamara mucho la atención, también es un clon puro de Jango con quien tiene una relación padre - hijo. Boba Fett un clon. Si ni siquiera se sabía si era un humano. Para liquidar las dudas que aún pudieran existir vemos el uniforme de caza recompensas en una habitación que el retoño supuestamente heredará. ¿Qué necesidad había de cruzar los destinos del padre de Boba con el ejército, ponerle incluso a él en la S.C? ¡Ninguna!
Como gran curiosidad hay que remontarse a una de las pifias más recordadas de Star Wars. Cuando en la Estrella de la Muerte de Episodio IV un grupo de soldados entra en una sala, uno de ellos se pega un golpe con la puerta que acaba de subir. Tanto cundió este pequeño error que se le buscó también un paralelismo con Jango, ya que al subir a su nave huyendo de Obi Wan se pega un golpe en la cabeza con la puerta que desciende, como dando a entender que la prole ha heredado también sus mismos descuidos. Por cierto, qué patadas de karate dan los Jedi. Como nota final, también la escena en que Obi Wan oculta su nave posándola sobre un asteroide, muy parecido a Episodio V cuando el Halcón Milenario huye de los destructores imperiales.
Obi Wan es apresado tras haber oído los planes de Dooku de vencer a los Jedi y a la República, éste le revela que en realidad está liderada por un Sith llamado Darth Sidious sin que los Jedi se hubieran dado cuenta, y le insta a que se una a él alegando que en realidad los separatistas tan solo quieren desenmascararle. El Jedi rechaza la proposición.
¡Christopher Lee! Un soplo de aire fresco para lo que llevamos de película, que no ha dejado de naufragar en los océanos del cine negro y romántico. Tras más de doscientos papeles en toda una irrepetible vida delante de las cámaras, éste actor de cinco estrellas, de ochenta años en ese momento y tras haber dado vida a un inconmensurable Sáruman, se enfundó el uniforme del lado Oscuro. Parece impresionante cómo los Sith de la S.C fueron personajes con mucha más carisma que los Jedi.
La conversación con Obi Wan es interesante y por cierto es la primera vez que aparece el nombre de Darth Sidious ya que Palpatine era el nombre que el público solía utilizar. Muy hábil al intentar convencerle de que en realidad los separatistas no son una amenaza contra la República sino que tan solo quieren descubrir a un Sith que maneja los hilos en la sombra. No cuela, puesto que ya se le oyó antes comentar que pretendía eliminar a los Jedi, pero buen intento. Nos enteramos además de que Dooku fue el maestro de Qui Gon, por lo que viene a ser el maestro de su maestro que fue también seducido por el lado Oscuro, algo en lo que tan solo había caído hasta ahora Anakin.
Anakin acompaña a Amidala hasta Naboo, el tiempo transcurre y un inesperado amor surge entre los jóvenes, pero temiendo las posibles consecuencias ambos deciden que tal relación no debe existir.
Bien, llegamos al que en teoría es el epicentro de ésta película por lo que debería ser la parte que estuviera mejor hecha. Justo al llegar es una escena bastante curiosa porque se puede ver a R2 haciendo unas maniobras escandalosas para poder subir las escaleras - pobrecillo - para luego ver cuando está en la acería que tiene propulsores, y sin haber pasado por ningún taller o algo que se le parezca.
Ya en materia nos enteramos de que a un Jedi se le tiene prohibido sentir apego - ¡vaya hombre qué mala suerte! -. Después Amidala decide ocultarse en llamado País de los Lagos donde abundan las zonas aisladas, otra vez Anakin peca de poco comedido al interrumpir su conversación con la actual Reina. El país de los lagos al que llegan está planteado como un idílico paraíso donde deberán enamorarse. Bastante bonito todo con unos tremendos paisajes y unas conversaciones que dan el pego.
Si nos metemos de lleno en los personajes vemos que el romance tiene un cierto sentido, Amidala fue política desde muy joven y tuvo que lidiar con asuntos muy graves como la invasión de su planeta. Es fácil pensar que por su ajetreada vida nunca ha tenido demasiados pretendientes, por no decir ninguno, y por tanto es la primera vez que el amor llama a su puerta y ella se siente indefensa ante que alguien se le declare. Caso aparte es Anakin, quien le amó desde que se conocieron y nunca le olvidó durante sus años de entrenamiento. Ambos vienen de mundos opuestos, ella una política del acogedor Naboo y él un esclavo en el desértico Tatouinne sin nada más que arena a su alrededor.
Tiene escenas bastante elaboradas, qué bonitos - insisto - todos los paisajes mientras la semilla del tierno romance va despertando, qué bien la escena de la pradera con ellos jugueteando o la de la habitación debatiendo qué hacer y qué no mientras hay un fuego encendido. Pero por desgracia tampoco esta parte escapa a las extrañas exigencias de guión. El famoso código Jedi que podría entenderse como los tradicionales valores de caballeros, prohibe el matrimonio, desde el punto de vista del espectador pasa de ser una serie de normas morales no escritas a una carga con prohibiciones, confinando a los caballeros a una injusta vida de castidad.
El código Jedi, la importancia de la política…no son más que excusas fáciles para aumentar el nivel de dramatismo. Claro, en la plantilla de cualquier guionista éste romance sería muy blando para el público si no estuviera prohibido de antemano, si los enamorados no tuvieran que enfrentarse a todos los impedimentos que se les presenten y derribar todas las barreras que la sociedad les impone, aunque sean todos los valores que desde pequeños han aprendido. Cánones del cine dramático simplemente aplicados a ésta situación.
Anakin tiene sueños en los que ve sufriendo a su madre por lo que decide viajar a Tatouinne con Amidala para dar con ella. Tras encontrar a Watto descubre que fue vendida a un granjero de las afueras llamado Lars, que se casó con ella tras liberarle. Según parece fue secuestrada por los Tuskan hace un mes, por lo que la posibilidad de que siga viva es casi ínfima.
De nuevo todo regresa a Tatouinne, que tiene pinta de ser el planeta más importante de todo Star Wars. Watto parece arruinado, quizá la codicia con las apuestas terminara costándole caro. Pero lo más impactante es que vemos la casa de Luke con sus tíos Owen y Bero que morirían a manos del ejército imperial. Eso significa no solo que Owen y Darth Vader se conocieron sino que realmente Owen era el tío de Luke, ya que es medio hermano de Anakin.
Buena idea la de este encuentro, pues Owen sabrá de su posterior conversión al lado Oscuro, puesto que siempre le dijo a Luke que su padre fue un comerciante si mal no recuerdo. Los padres de Luke por tanto, caminaron por la misma casa que él. Es también un buen gesto que su madre se casara, pues no había tenido nunca marido y éste granjero de las afueras era un hombre atento y honrado, se da un aire al Owen de dentro de veinte años.
Anakin sigue la pista de los Tuskan hasta que en un campamento encuentra a su moribunda madre, quien después de reconocerle muere finalmente. Ciego de ira, el Jedi asesina a los captores.
También pregunta a los jawas, esos chatarreros del desierto que ya usaban los mismos vehículos de Episodio IV. Una escena bastante emotiva y muy bien resuelta, la de una madre muriendo en brazos de su propio hijo tras diez años sin haber podido verle. Verdaderamente nunca se explicará del todo qué impedimentos reales tuvo Anakin de no haber podido hacer una escapada espontánea durante una larga década para hacerle al menos alguna visita sin que nadie notara mucho su falta.
Lo importante sin embargo es el punto psicológico que arrastrará para siempre al culparse de no haber sido lo bastante bueno como para haber llegado antes, no haber podido preverlo antes por no haber podido ser mejor Jedi todavía. Derrumbado, esa herida interior explicará su posterior actitud de no importarle qué precio tenga que pagar con tal de no volver a ver morir a un ser querido. Ese será precisamente el talón de Aquiles que Palpatine usará para convertirle al lado Oscuro. Cuando le confiesa a Padmé que mató a los Tuskan suena de fondo la marcha imperial, como queriendo mostrar que ya se le veía venir.
Sin embargo otra pregunta puñetera. ¿Por qué no aparecen esas tumbas en Episodio IV?
Tras recibir el mensaje de socorro de Obi Wan, el consejo por un lado y Anakin y Amidala por otro, acuden a Geonosis en su ayuda. Al haberse aprobado en el Senado el uso del ejército clon para la defensa de la República, Yoda va a Kamino para recoger a los disponibles.
Una escena difícil de olvidar. Quien le da los poderes de emergencia a Palpatine, provocando el reclutamiento de los clones, el posterior estallido de las guerras clon y después su traición para convertirse en el ejército imperial es Jar Jar. La sentencia final para este personaje si es que aún alguien guardaba una mínima esperanza de redención. Tampoco se puede pasar otra cosa que está muy pillada por los pelos cuando Yoda dice que irá a Kamino a reclutar a los clones ya disponibles, cuando solo hace cinco minutos que se ha enterado de que existen. Parecerá olvidársele todo el asunto de que el lado Oscuro tiene todas las papeletas para ser quien encargó con engaños su fabricación.
Por otro lado de nuevo los guiños a la S.O cuando Anakin y Padmé se encuentran con una compuerta cerrada a sus espaldas de pie en una diminuta plataforma como Luke y Leia. R2 y C3PO solo pasan por la acería que construye droides para darle un pequeño punto cómico a la situación, que evidentemente sobra por completo.
Mientras tanto Obi Wan, Anakin y Padmé han sido apresados y obligados a luchar contra bestias en una arena, por fortuna los Jedi y el ejército clon irrumpen en el coliseo provocando una dura batalla.
No está mal esta escena con un coliseo de ciencia ficción que le da un aire más épico a los combates. Padmé una vez más sorprende al librarse enseguida de las esposas y mantener a raya a la feroz bestia que le han encasquetado.
Sin embargo cuando llega el séptimo de caballería quiero pararme en una cosa. En la S.O se conocían pocos Jedi, pero eran personajes con una gran carisma, y cuando se ven las películas de los primeros / últimos tres episodios la gente les veía como los grandes héroes de la saga. Daba por tanto la impresión de que un Jedi era alguien prácticamente indestructible, alguien tan superior al resto de cualquier enemigo posible, tan capaz de usar la Fuerza para despistar a los necios soldados imperiales sin necesidad de luchar, que tan solo un Sith era capaz de vencerle a golpe de espada láser o rayos, y que cualquier otra forma era una causa perdida. La poca magia que quedaba alrededor de estos emblemáticos personajes, que en esta película se ha diluido a marchas forzadas, desaparece en esta batalla en la que un Jedi puede morir de un simple disparo o a manos de un frío droide. Como nota ante la muerte de su “padre” Jango, Boba recoge su casco para continuar las cosas donde él las deja, aunque deban pasar muchos años y no se sepa nada más de él hasta entonces.
El ejército separatista se bate en retirada pero Dooku logra escapa con los planos de un nuevo proyecto tras derrotar a Obi Wan y Anakin y luchar con Yoda.
Los rebeldes están confeccionando una nueva arma que resulta ser la futura Estrella de la Muerte. Con la aparición sorpresa del arma por excelencia de Star Wars el espectador entiende que aún deberán pasar décadas antes de tener operativa la primera de ellas. Lo más extraño es que Dooku se muesta perplejo ante la aparición del ejército clon sin entender de donde ha podido salir. El espectador ha estado dando por sentado toda la película que él había sido desde el principio quien lo encargó. ¿En diez años ni siquiera se había enterado de que estaba construyéndose?
Respecto a la pelea de los dos Jedi contra el viejo Dooku es mi escena favorita. Anakin una vez más no aprende la lección y ataca a destiempo. Christopher Lee, que por cierto en su filmografía aparece hasta trece veces realizando duelos a espada, habló muy bien de su doble, que en las escenas comprometidas ejecutaba los ágiles movimientos para que luego se colocara su cara digitalmente. También dispone de los rayos que por el momento solo se vió utilizar al Emperador (y nunca a Darth Vader, por lo que se supondría que ésta técnica solo está al alcance de los más veteranos del lado Oscuro, más aún que el propio enmascarado).
Obi Wan y Anakin son flojos rivales para él y de nuevo aparece otra semejanza (ya hemos perdido la cuenta) con la S.O. Anakin será derrotado por Dooku por no tener completo su entrenamiento perdiendo una mano por el camino pero vencerá en la revancha del próximo episodio, el mismo camino que seguirá su propio hijo contra él. Además de esto siempre me ha gustado la escena en que Anakin y Dooku cruzan la espada mientras la luz se mueve a su alrededor. Tiene tiempo para salvarle la vida a Obi Wan. Mmmm ¿no habían dicho al principio que Dooku no asesinaría a nadie por haber sido Jedi?
Y ahora llegamos a una de esas “escenazas” que provocaron una total diversidad de opiniones cuando Yoda aparece de forma épica, deja a un lado su báculo y se pone a luchar contra Dooku espada en mano. Nos enteramos de que el ahora Sith fue su antiguo aprendiz (por tanto para Anakin es el maestro del maestro de su maestro). Sin embargo también hay un pequeño detalle que no me gusta mucho y que ahora es el momento perfecto para decirlo. En la S.O Yoda era visto como un “maestro de Jedis”. Que fuera un maestro de Jedis no quería decir que tuviera que ser un Jedi propiamente dicho (un entrenador de fútbol no es realmente un futbolista). Que apareciera como el líder del consejo no hacía más que corroborar éste perfil. Quizá mucha gente lo diera por sentado pero yo personalmente nunca me le imaginé con una espada en el cinturón.
Comentarios como “una rana con esteroides” resumieron el impacto que esta escena tuvo a ojos del público, hacer pelear al venerable Yoda con espadas láser. Una barbaridad para algunos, una buena idea para otros.
Con Dooku libre, la guerra entre la República y los separatistas estalla definitivamente, antes de que lleguen próximas batallas, Padmé y Anakin contraen secretamente matrimonio.
Fugaz aparición de Darth Sidious, ya que es la ÚNICA escena de toda la película en que sale sin haber dejado nunca de aparecer como Palpatine. Según parece todo sale según lo planeado, lo cual hace que sea un pelín difícil entender qué planes exactos tuvo en todo momento. Por si aún quedaban dudas aparece una poderosa escena final en que vemos en movimiento al ejército clon al son de la marcha imperiales con las que serán las futuras naves de la S.O.
Puesto que en el propio Episodio IV Leia hacía referencia en su mensaje a Obi Wan que sirvió a su padre en las guerras clon era evidente que este conflicto debía existir. Las guerras clon por tanto son las de la República Galáctica contra los separatistas, también llamados CSI (Confederación de Sistemas Independientes). Una clara representación en mi opinión de la guerra de secesión americana en la que el gobierno debió enfrentarse a los estados que pretendían la secesión.
La película termina sin responder a algunas preguntas clave como quien encargó realmente el ejército clon o si a nadie del senado le pareció raro que ya estuvieran disponibles a los cinco minutos de ser anunciada su fabricación cuando hacían falta diez años para lograrlo. En seguida pasaremos a comentar más de esto. Se produce el matrimonio prohibido entre Anakin y Padmé con dos insólitos testigos. ¡R2 y C3PO nada menos! Muy pobre ha sido su papel en este episodio, si en el anterior a la gente no le importaba verles para ver de donde habían salido, no se puede decir lo mismo en este caso. No han dejado de parecer meros comparsas de una historia que no ha ido nunca con ellos, C3PO con una extraña coraza grisácea en vez de la dorada que siempre mostraba en la S.O y R2 acompañando a la pareja a todas partes. Para haber hecho esto mejor que no hubieran aparecido.
Anakin lleva una mano robótica ¿No se habían inventado todavía las famosas manos protésicas? Seguramente si el consejo se entera le montará el escándalo por haberse casado.
Conclusiones:
Llega la hora de intentar atar cabos, o más bien minimizar los agujeros de guión que todo sea dicho no han sido pocos. Para empezar hay que acudir nuevamente a Palpatine, quien de nuevo ha manejado los hilos en todo momento. Él era quien estaba detrás de los separatistas aunque pareciera Dooku, su discípulo. Desde su posición de Canciller podía ser pusilánime e indulgente desde el punto de vista político para que más sistemas se separaran de la República, o al menos eso se intuye ya que ha aparecido muy poco en la película.
Lo que no queda claro es cuál era su plan real. Si Dooku, que parecía el líder, se muestra perplejo al no saber de donde ha salido el ejército clon quiere decir que no sabía nada de ello. La pregunta entonces es: ¿quién narices lo encargó haciéndose pasar por Syfo Dias? El único que queda por eliminación es Palpatine, pero es extrañísimo que durante diez años ni siquiera se lo comentara a Dooku.
Por otro lado la guerra real se desencadena en el momento que Jar Jar accede públicamente a darle los poderes de emergencia para reclutar al ejército. Sin embargo Palpatine ya comentó antes que qué senador propondrá una enmienda tan radical. ¿Realmente contaba con que alguien se atreviera a dar ese paso? Objetivamente le convenía mucho más que nadie lo hiciera, pues de no haber intervenido los clones en la batalla final seguramente los Jedi habrían sido hechos prisioneros o asesinados, con lo que se habría librado de su mayor amenaza. También hay otra cosa que no se entiende en esa escena cuando un senador comenta que ojalá Amidala estuviera aquí - ¿para qué, si ella estaba en contra de la creación del ejército? -.
Aparte de ello tampoco queda demasiado claro qué quería conseguir exactamente asesinando a Amidala, quien tan solo quería votar en contra del ejército clon y a la que nunca intentó asesinar más tarde pese a saber de primera mano que estaba con Anakin en Naboo. No hubiera estado del todo mal que le mandara a algún lacayo a ver qué tal se defendía el futuro Darth Vader. ¿Los primeros atentados solo fueron una excusa para acercarse a Anakin, contando con que los Jedi descubrirían al caza recompensas? Pilladísimo por los pelos.
Por tanto hay varias teorías al respecto. Para empezar, si los separatistas tenían un ejército y la República no, no se entiende por qué encargó los clones diciendo que eran para ellos si hubiera podido usar el primero para dar un golpe de estado directamente, pues la República solo contaba con los pocos Jedi disponibles. Parece que solo haya sido cuestión de suerte que los Jedi se enteraran de su existencia cinco minutos antes del estallido de la guerra y por eso Yoda acudiera a reclutarlos. ¿Y si no se hubieran enterado? ¿Habría ido Palpatine a reclutarlos para dar el golpe de estado? Demasiadas cosas sin atar. Nunca se sabrá del todo.
Además vuelvo a comentar otro agujero de guión muy importante. Si se supone que un ejército clon tarda en fabricarse diez años y Amidala debía votar a favor o en contra ahora mismo, ¿a nadie le pareció raro que justo después de iniciarse la guerra ya apareciera uno al completo?
Recepción y crítica:
A muchos nos pareció extraño que pese a ser una película con más errores que la anterior, la aceptación del público fuese un poco mejor basándose en el criterio de que ahora pasaban cosas más cercanas a los hechos de la S.O y de ahí que fuera más interesante. Algunos no la pusieron del todo mal aunque recalcaran que aún estaba a años luz de la original.
Los Razzie sin embargo volvieron a hacer de las suyas y colocaron nada menos que siete nominaciones, menos que con Episodio I pero más impactantes al ser ésta una película en teoría más adulta. La más espectacular fue la de peor actriz para Natalie Portman, y es que una actriz por buena y fiable que sea no puede sobrevivir a un mal guión. Pero la más hiriente sin duda debió ser la de “peor pareja en pantalla” para Natalie y Hayden, sobre todo viendo los criterios de selección del segundo y el esfuerzo por mostrar un romance creíble, para colmo era la segunda vez que Natalie se metía en esa nominación tras…Episodio I con Jake Lloyd, qué cosas. Finalmente ganarían dos premios - o sea peor que antes -, uno al peor guión (no cuesta mucho de entender) y otro al peor actor de reparto para Hayden. Chúpate esa Rick.
Y llega el momento de que deje mi opinión. Realmente no se ve mucho de Star Wars aquí, pues parece una película que tiene cánones más cercanos al cine negro que a otra cosa - dos “detectives” con sus mutuas diferencias buscando a un asesino, uno de ellos enamorado de la mujer a quien debe proteger, persecución con huida, el asesino dejándose pistas, ir a preguntar al bar a ver qué sabe el camarero, y todo el caso implica en realidad a las más altas esferas políticas de la “ciudad” - sí, digno de una novela detectivesca sin duda, pero es que estamos en Star Wars. Por otro lado el romance en sí tiene poco de puro original, pues sus tópicos son de sobra conocidos.
Quizá muchos vieran una película valiente por alejarse de la fórmula típica de ciencia ficción aventuras, pero la realidad es que estas nuevas ideas, lejos de resultar creíbles para la saga, la empobrecen alejándole de la magia de antaño. Lo más chocante es que el romance fuera visto como ñoño teniendo en cuenta que todo había estado enfocado a ello y que en realidad el amorío entre Leia y Han Solo estuviese mucho mejor sin que realmente pivotaran muchas cosas a su alrededor. Casualidades del cine, pero se ve que Lucas no tomó buena nota de aquel acierto.
La persecución de la ciudad parece más de una de policías y ladrones o en plan El Quinto Elemento que otra cosa, lo de los bares insisto en que es demasiado, lo de los clones brutal y no menos que Bobba es otro de ellos. Nadie entiende por qué los Jedi son incapaces de no ver nada, Yoda no ha hecho más que dar tumbos alegando lo difícil que es de ver el futuro y que el lado Oscuro lo enturbia todo sin dar ninguna solución. No está mal la pelea final contra Dooku, pero en general hay demasiadas ideas que suenan delirantes y que hacen ver con ojos algo escépticos la S.O, lo que no debería pasar.
Nota en Filmaffinity: 6.4
Nota en imdb: 6.8
Mi nota: 5 pelado y por Christopher Lee.