domingo, 13 de noviembre de 2011

Análisis del Rey León

Buenas tardes. Para mi primer post en este blog de reciente publicación, he querido empezar con un análisis largo y tendido (aunque lo ampliaré más tarde un poco más) de una las películas de la historia del cine cuya estructura narrativa, personajes y mensajes han sido comentados, analizados, requetecomentados y recontranalizados a lo largo de muchos años: El Rey León.



Antes de nada un poco de historia: La 32ª película de Disney, estrenada en 1994, disfrutable para niños y analítica para adultos, fue un gran éxito de taquilla al recaudar hasta 800 millones de dólares en todo el mundo. Recientemente va a ser reestrenada con tecnología 3D así que yo, que no quise ir en mi infancia a verla al cine, iré ahora para resarcirme de aquella ocasión. La película en sí viene a ser una adaptación de la novela de teatro de William Shakespeare “Hamlet” que habla de un príncipe de Dinamarca que debe regresar a su reino para llevar a cabo una venganza contra su tío, que usurpó el trono tras asesinar a su padre.

Tras su estreno y gran éxito de público, muchas miradas analíticas se han posado en estos años sobre la película, hablando de los contenidos ideológicos y políticos que destila, la simbología que ciertos personajes tienen con otros de la vida real y el peso de algunos valores conservadores por encima de otros. No dudo que puedan ser justos dependiendo del punto de vista, tan solo quiero compartir mi propia versión de los hechos. También de paso se aprovecha para comentar la famosa plantilla que Disney suele aplicarle a sus películas para obtener siempre los mismos resultados. En ocasiones quizá incluso nos pasamos un poco y olvidamos que estamos viendo una película de dibujos que es así porque si, porque de alguna forma tiene que ser y porque ese es su sello personal, y que a lo mejor los autores no han pensado en todas las cosas que ahora nosotros sí.

Mi análisis parte de la base de otros tres que un día viajando por internet me encontré y me gustaron tanto que me dieron ganas de publicar también el mío. Aquí dejo las direcciones:


Así mismo también voy a tomar una fórmula que pude leer en el libro “Alien vs Predator” escrito por Lorenzo F. Díaz y Carlos Díaz Maroto, en que se repasa la sinopsis completa de la película deteniéndose cada poco para poder explicar el sentido de las escenas. Es una fórmula que siempre me ha gustado.

Por tanto y sin más dilación, comencemos con el análisis.

El Rey León: escena a escena.


Amanece en la sabana y todos los animales acuden ordenadamente a la presentación del príncipe Simba, hijo del Rey Mufasa, como futuro sucesor del reino. Rafiki, un mandril, es el encargado de tomarle en brazos para mostrarlo desde la roca al resto de la fauna. Los presentes vitorean y se arrodillan ante su próximo monarca.

Desde el principio los análisis se centran en que ya tenemos retazos de los mensajes conservadores de la película, la propia estructura social de la sabana es una monarquía sucesoria y un gobierno absolutista. Es fácil llegar a la conclusión de que implica, como toda monarquía que se precie, pocos o ningún cambio en las vidas de los miembros del reino, siempre gobernados por un máximo dirigente que será igual que su padre procurando mantener intacta esa estructura. En mi opinión esto está planteado así de forma muy acertada puesto que al león se le conoce popularmente como el rey de la selva. Si en vez de eso se le conociera como “el demócrata de la selva” El Rey León sería una democracia. Por lo que a lo mejor tampoco deberíamos fiarnos de las apariencias y tan solo dejarnos llevar de momento hasta ver más cosas.

Por otro lado el personaje de Rafiki es rápidamente identificado como el representante de la religión, quien por tanto puede ocupar un puesto cercano al Rey y tratarle con una gran cordialidad, algo imposible para cualquier otro súbdito “plebeyo”. El abrazo de amistad que ambos se dan nada más llegar a la cima viene a plasmar la fuerte comunión que siempre ha existido entre la monarquía y la religión. Él es precisamente el encargado de bautizar a Simba con la tierra y los frutos antes de ser presentado al público, un pequeño ritual bastante coherente ya que todo lo que éste Rey está llamado a tener en su reino es la tierra, la flora y la fauna.

Técnicamente, impresionante el vuelo inicial de Zazú para verlo una y otra vez para descubrir siempre algo nuevo.



Mufasa conversa con su hermano Scar, quien por culpa del nacimiento de Simba ha quedado fuera de la línea sucesoria. Por la noche Rafiki garabatea en el tronco de su árbol baobab un dibujo del recién nacido.

Primera aparición de Scar, un personaje tan bien hecho que hasta parece que “actúe” por derecho propio y además es uno de los personajes de la película con más fans. No cuesta etiquetarle como el villano y en seguida queda patente la tensa relación con su hermano Mufasa, viéndose desde el principio las ansias de poder del hermano menor.

Sobre Rafiki tenemos nueva y valiosa información. Le vemos en su refugio pintando una caricatura de Simba además de tener otros dibujos varios como manos. Más que un simple chamán, druida o brujo, ésta labor es en realidad más importante. Se encarga sin obligación aparente de dejar la impronta de los antiguos reyes para que en el futuro alguien recuerde que existieron, lo más parecido a un documento histórico similar a los dibujos de los hombres primitivos. Una forma de hacerle ver al espectador el valor que la Historia tiene en una comunidad. Nuestro mandril parece un personaje viejo, lo que al menos a priori le relaciona con la sabiduría y el buen juicio (típico de Disney), lo que cuadra muy bien con su mentalidad de dejar los dibujos para que nada caiga en el olvido. ¿Quién mejor que un viejo para valorar el peso de la Historia en su justa medida?


Simba crece a ojos vista y su padre le lleva al borde de la gran roca para que observe todo el reino que está destinado a gobernar. Tan solo le advierte de que no se acerque a un lejano lugar oscuro que la luz del sol no baña.

Esta escena es muy eficaz casi desde cualquier punto de vista. Cuando los leones se desperezan Simba ronronea un poco con su madre antes de que ella le dé un empujoncito para que vaya con su padre. Mientras Mufasa y él ascienden al borde de la roca ella se queda al margen. De esta escena no es difícil darse cuenta en un primer momento (y esta vez no me importará tomarles la palabra a los que ven mensajes conservadores) del poco papel de las hembras en la película. La madre entiende que este tiene que ser uno de esos momentos padre hijo. Ella no puede enseñarle el reino, pues debe ser la figura autoritaria de la familia, Mufasa, quien lo haga, al igual que las cosas “importantes” como los valores y la personalidad que Simba debe ir desarrollando tomando como ejemplo la figura paterna. Ella les mira feliz, pues su hijo ya está creciendo lo bastante como para tener una conversación de hombre a hombre con su padre.

Ya solos es aquí donde se empieza a construir el personaje de Mufasa gracias al primer encuentro padre hijo (habrá tres en toda la película), con un corto aunque inolvidable discurso le enseña el concepto del tiempo de los reinados usando el ejemplo de ascender y descender como el Sol y también que ser Rey es más que hacer lo que él prefiera en un momento dado, a partir de ahí Simba tomará conciencia de que debe aprender lo máximo posible de su padre, pues llegará un momento en que deberá bastarse solo para saber cómo actuar.


Simba se queda mirando extrañado un lugar oscuro pero su padre le advierte que no debe ir allí, puesto que está más allá de su reino (ya habrá tiempo para hablar más en profundidad de este sitio).

A continuación tiene lugar la explicación del concepto clave de la película mientras Mufasa y Simba pasean: el equilibrio. Cada especie animal tiene un espacio y un ciclo de vida específico que el Rey debe entender y respetar por encima de sus propios deseos. Aquí podemos llegar a una importante conclusión en la que me parece que no se suele caer muy a menudo. Por mucho que se hable de absolutismo o de una fuerte monarquía autoritaria en la estructura de esta historia, hay que rendirse ante la verdad de que Mufasa es un buen Rey; vemos que su reino es verde y próspero, y lo es gracias a que él respeta ese concepto del equilibrio que acaba de explicar, esa es la forma de poder tener un reino idílico, mantenerlo y ser apreciado por los demás animales, y por tanto esa tendrá que ser una de las piezas clave para los futuros reyes. Mufasa está educando a su hijo con los valores de la responsabilidad que su puesto le exige. De momento no parece haber nada contra productivo, y de hecho la escena es buena desde el punto de vista educativo al hacer entender el valor de la tolerancia y la objetividad.


Simba habla con Scar, quien se muestra muy alicaído y a la vez maquiavélico con él. De nuevo le regresa su cada vez más fuerte interés en esa zona oscura que su padre le prohibió visitar. Scar le cuenta que solo los valientes se atreven a aventurarse por esas tierras ya que es un cementerio de elefantes.

Poco que sacar realmente de esta escena salvo que es el primer encuentro Simba Scar, en que el tío se sale con la suya tentándole a desobedecer y andar un camino prohibido. Se respira con esto el aroma de los cuentos populares, muy común en Disney por otra parte, como Caperucita Roja en que la desobediencia es la base de la posterior tragedia. Scar por su parte juega ese papel tradicional de quien tienta al personaje honrado a que se desvíe de su recto camino infringiendo las normas. Ya intuye que con un poco de suerte quizá las criaturas que habitan en el cementerio le quiten de en medio y así tener un problema menos en su ya elaborado plan de querer ser Rey.



Simba recoge a una amiga suya, Nala, para que le acompañe al misterioso cementerio, al llegar descubren que está poblado por feroces hienas que no dudan en intentar devorarlos, por fortuna Mufasa llega a tiempo y les rescata.

Llegamos aquí a uno de los intríngulis más importantes de toda la película que lógicamente pasa desapercibido para los niños. No es otro que el verdadero papel y la simbología de los personajes de las hienas. Como ya digo hay mucho que hablar sobre esto largo y tendido.

La interpretación más extendida es la siguiente. En la versión original las hienas tienen voces que les identifican con las minorías étnicas de los Estados Unidos. Whoopi Goldberg, de color, es la hiena hembra; otra de las hienas se llama Banzai (palabra japonesa que simbolizaba un grito de guerra) y tiene la voz del humorista mexicano-estadounidense Cheech Marín mientras que Ed, la tercera hiena, no tiene peso específico salvo el de parecer un inconsciente incapaz de articular palabra. Si bien en el doblaje castellano no se nota prácticamente ningún acento y por qué no decirlo, en el doblaje latinoamericano todas las voces suenan con el dialecto de esa zona, por tanto la supuesta diferencia no se nota realmente mucho.

De esta presentación general se sobrentienden un par de cosas muy interesantes. Las famosas tierras oscuras que el Sol no baña y que Mufasa había prohibido visitar se identifican ahora como una periferia pobre y miserable, un suburbio del reino por así llamarlo en el que deben malvivir las minorías que no son aceptadas en él. Es un paraje arruinado y sin recursos al que según parece se teme como invasor. Aquí podríamos tener un buen ejemplo de la visión que la extrema derecha americana ha tenido, y tiene, de las minorías de su país, el falso temor de que sean una amenaza contra la obediente y ordenada sociedad al tener ellos una mentalidad diferente.


Yo sin embargo no estoy del todo convencido de este perfil. Basicamente me baso para ello en estos comentarios.

“Eso está más allá de nuestro reino” – Mufasa
“!Hienas, en las tierras del reino! “ – Zazú
“Estamos demasiado lejos de las fronteras del reino” - Zazú
“Ahora estamos en su territorio” – Zazú

Esos comentarios sugieren que el cementerio es un lugar que ni siquiera pertenece al reino y no es por tanto un “suburbio” que el Rey deba preocuparse en gobernar pues no entra en su jurisdicción. Por otra parte no se dice nunca que las hienas hayan sido “expulsadas” del reino por Mufasa, por lo que no vienen a ser unos desterrados como sí ocurre con los leones de la segunda parte. Aunque también existe otro comentario al que ya llegaremos que dice “y yo que pensaba que sufríamos con Mufasa”, traducido igual en latinoamericano. No queda del todo claro.

Por estas premisas sería más coherente identificar el cementerio como un reino vecino anárquico que tiene sus propias tierras, puesto que allí no hay Rey ni ninguna otra figura de autoridad visible. Es fácil pensar también que de estar gobernado por Mufasa esa tierra sería próspera ya que él respetaría un equilibrio que aquí no se ve por ninguna parte. Si quieren ver en esta presentación una crítica contra la anarquía y la mentalidad de que sin una figura de autoridad no llegamos a ningún sitio, pueden hacerlo.

Una última escena que nadie suele comentar es cuando los cachorros están acorralados por las hienas entre la pared y una muerte segura. Simba se coloca delante de Nala dando a entender con ese gesto reflejo e instintivo – muy propio de la ley de la selva - que el macho debe proteger a la hembra.


Ya a salvo Mufasa regaña a su hijo por no haberle obedecido y no haber sido responsable ni con la vida de Nala ni con la suya, aunque terminan haciendo las paces y se quedan mirando las estrellas.

El segundo momento padre hijo muestra a un Simba que se siente empequeñecido por la tarea de tener que ser como su padre, alguien seguro de si mismo que siempre sabe qué hacer, cómo actuar y tiene las palabras adecuadas. La sensación de pequeñez es acentuada por haberle decepcionado. Una escena de esas que a lo mejor solo está ahí “porque sí” pero que a la que se le puede sacar bastante, es cuando Simba coloca su pata encima de la huella que Mufasa acaba de dejar. Ahí tenemos el largo camino que aun le queda para llegar a su altura. El Rey no se muestra demasiado severo, se diría que más que castigar y prohibir, pretende guiar a su vástago para que no repita los mismos errores de nuevo. Otra buena lección bastante didáctica.

Por otro lado si la película ya ha presentado entre líneas los conceptos del presente (Mufasa) y del futuro (Simba), ahora presenta el del pasado, impreso en el cielo con las estrellas donde descansan los espíritus de los antepasados. Si bien es cierto que esto está algo cercano a la religión por eso de ir al cielo cuando uno muere, nadie puede negar que la escena tiene un cierto misticismo que le da una nueva dimensión al destino de Simba, el último en nacer de una larga extirpe de reyes (que en ese momento te preguntas cómo serían).




Scar se presenta en el cementerio y les habla a las hienas de un plan para hacerse con el poder del reino matando a Mufasa y a Simba de un solo golpe y que así la línea sucesoria vaya él. Al mismo tiempo promete que si le apoyan dejarán de pasar hambre.

Paso a paso. Una de las interpretaciones más extendidas sobre esta escena -acompañada con una buena canción – consiste en identificar a Scar como el abanderado de una revolución, la esperadísima revolución de esas minorías étnicas marginadas y empobrecidas por culpa del absolutismo en pos de cambiar una sociedad que se ha mantenido inalterable durante incontables años (por todos los reyes del pasado anteriormente mencionados). En el futuro también se identificará a Simba como el autor de un golpe de estado para que todo vuelva a la antigua normalidad.

Por lo que a mi respecta esta interpretación no es que me parezca delirante, pero sí algo injusta. ¿Una revolución y luego Simba se identifica como un golpista? No no oiga, aquí el único que da un golpe de estado es Scar. Eso mismo dice la canción.

Qué bueno es sentirse mandados por un rey que provoca temor
Cuidad un pequeño detalle
Sed fieles o será peor.
Tenéis un futuro dorado sin no olvidáis quien manda aquí
Mas quiero que quede bien claro, no haréis un bocado sin mi
Preparad vuestro golpe de estado.
Un rey absoluto, amado y astuto, temido glorioso y audaz.

Más claro el agua. Ya se intuye a la perfección a lo que vamos a llegar gracias a este golpe de estado; a un gobierno férreo y despótico (cosa que no era Mufasa), basado en el mando supremo de Scar que más que un Rey parece describirse como un dictador. Será un reino de terror en el que el fuerte cogerá lo que quiera por encima del débil sin respetar ningún equilibrio. Y en ningún momento se habla realmente de realizar cambios en la estructura política, un Rey simplemente sustituirá a otro.

Por otra parte las hienas, identificadas por muchos como unas anárquicas, pierden por completo esa identidad. Dejan de ser anárquicas en el momento en que deciden someterse al mandato de un nuevo Rey. Scar por su parte ha conseguido lo que quería usando una hábil maniobra. Él quería ser Rey, y va a conseguirlo contando con un ejército de hienas a las que ha convencido de que la resolución de su problema, vivir en una zona mísera y sin alimentos, se encuentra en la invasión del próspero vecino bajo su liderazgo (más tarde veremos la ironía a la que esto será sometido).

Aparte de la simbología de Scar y las hienas, la canción - Be prepared-  está acompañada de algunas escenas con según se comenta, son de un alto y fortísimo contenido ideológico. Para empezar, la escena del paseo militar de las hienas mientras Scar observa se identifica como una clarísima referencia al ejército nazi. Bueno, es verdad que lo fácil sería eso, pero ¿el simple hecho de ver a un ejército desfilando con paso recto quiere decir que tienen que ser nazis? Yo querría suavizar un poco esta escena, realmente eso es un paseo militar y nada más que muestra la fuerza de las hienas.


Y en segundo lugar al final de la canción aparece una media luna en el cielo de la noche. Según parece la media luna es un símbolo del mundo árabe, lo que signifique realmente no estoy seguro aunque siendo un cuarto creciente podría ser “el comienzo de algo nuevo” lo que en realidad casaría muy bien con la canción en que se dice que las hienas están a punto de vivir una nueva era. Puesto que la película es posterior a la primera Guerra del Golfo quizá pretenden que el espectador tome conciencia del peligro árabe. Además otras interpretaciones la relacionan con la Unión soviética, aunque en mi opinión esto último pierde fuerza puesto que hacía tres años que el bloque soviético había caído y ya se había fragmentado en el CEI (comunidad de estados independientes).



Las hienas provocan una estampida en un desfiladero en que Scar había dejado a Simba. Mufasa acude al rescate pero al intentar escapar trepando por la pared Scar le arroja al vacío y la caída le mata. Luego le hace sentir a Simba culpable y le convence para que se exilie y nunca vuelva. Las hienas le persiguen pero logra escapar adentrándose en tierras desconocidas.

Más allá de lo bien hecha que está la estampida y lo traumática que pueda resultar la muerte de Mufasa aquí tenemos el punto psicológico que Simba arrastrará hasta el final, haberse sentido responsable de la muerte de su padre. No lo ha sido realmente, pero él se culpa desde dos puntos de vista distintos. Por un lado las palabras de Scar, un adulto a quien Simba por ser niño y familiar, siente la obligación de creer, concienciado de que la opinión de su tío tiene más peso que la suya y por tanto está más cerca de la verdad. Algo por otra parte muy típico de los niños, que suelen sentirse responsables de muchas cosas que en realidad escapan a su alcance. Y por otro lado la culpa de haber estado en el momento equivocado en el lugar equivocado, no haber podido hacerlo mejor, no haberse salvado solo, no haber sido tan fuerte como su padre, de nuevo regresa la necesidad de imitarle y el daño moral de no haber sido como él.


Scar toma posesión del reino mientras Zazú y las leonas observan atónitos cómo las hienas se adentran en el territorio invadiéndolo. Rafiki por su parte, nada puede hacer al respecto y borra de su árbol el dibujo de Simba al que cree muerto.

Otra vez lo de la media luna (por si quedaban dudas razonables) en la escena de la invasión de las hienas. Además Scar les ha hecho creer a todos que Simba está muerto, si él lo creía o no tampoco se sabe del todo porque las tres hienas fueron las únicas que le vieron huir.


Simba es rescatado en medio del desierto por Timón y Pumba, un suricato y un facóquero, quienes le hacen ver que debe dejar atrás el duro pasado y dedicarse como ellos al Hakuna Matata, una cómoda forma de vida en el que no existen las preocupaciones, las responsabilidades y por ende, los problemas.

Timón y Pumba, posiblemente los dos personajes más queridos del Rey León puesto que han tenido su propia película y serie. Son los tradicionales secundarios de Disney que se encargan de darle a la película las paletadas necesarias de humor para aligerar la tensión que se lleva encima. Existe una razón por la que estos dos aprovechados y oportunistas personajes (aunque de buen corazón) decidan rescatar a Simba, el hecho de que pueda ponerse de su parte. Su mentalidad es por tanto la de aliarse con el más fuerte aunque todavía Simba no lo sea para lograr seguridad de cara al futuro. Se trata de una simbiosis relativa, Timón y Pumba obtendrán la protección del león mientras Simba tan solo obtendrá el beneficio del valor de la amistad, lo que dicho sea de paso no es poco viendo como está el panorama.

Ambos son analizados como dos hedonistas, unos tipos que no se meten en líos viviendo lejos del reino y que verdaderamente no quieren cambiar nada de lo que les rodea mientras todo les siga yendo bien. La buena vida según ellos es aquella en la que no existen reglas, responsabilidades ni angustias, una vida de vaguería, unos valores que van en contradicción con los que el protagonista aprendió de su padre en el pasado (aunque por un tiempo funcionará, las antiguas enseñanzas se revelarán como más importantes, pero ya llegaremos a eso).

La canción Hakuna Matata es inolvidable y aunque pueda ser interpretada como el culmen del camino fácil de la vida, lo cierto es que te levanta el ánimo.



Pasa el tiempo y Simba crece hasta ser un joven adulto. Mientras tanto el antiguo reino de Mufasa, ahora de Scar, es pasto de la miseria y la ruina, no hay comida, agua ni fauna, pues todos los animales han huido.

Aquí es donde yo quería llegar de verdad y aquí me paro un momento, ya que de esta situación podemos sacar dos interesantes conclusiones en las que me parece que ninguno de los anteriores analistas ha reparado:

+ Las hienas vuelven a estar exactamente igual que al principio de la película, con la única excepción de tener más espacio vital, pero de nuevo están en la misma situación, sin recursos en una tierra devastada y yerma como si el cementerio se hubiera extendido por todo el reino. Y eso pese a haber confiado su destino a un león que les había prometido no volver a pasar hambre. Claro, “apoyadme y jamás volveréis a pasar hambre” hasta que resulta que ya no queda nada.

Scar fue el “político” apoyado por las hienas. Es irónico, ellas se quejaban de que estaban mal con Mufasa y resulta con Scar están igual de mal sino peor. Una ironía que una vez más, casa con la situación de las minorías étnicas en los Estados Unidos, que voten al “partido” que voten su situación social cambia poco o nada.

+ Y segunda, el cementerio de elefantes, presentado al principio como una especie de periferia de las minorías étnicas (¿recuerdan?) no era realmente una tierra yerma y desolada “porque sí”, por exigencias del guión, lo era porque las hienas no habían querido o sabido gestionar los recursos disponibles en su condición de anárquicas (por no respetar el equilibrio).

Al serles entregado el reino de Mufasa ellas tienen la oportunidad de vivir cómodamente para siempre en una tierra rica, pero, nuevamente caen en la misma trampa, como una plaga consumen todos los recursos naturales a su alcance sin respetar el famoso equilibrio (y esto pasa porque son los malos de la película básicamente) aunque esta vez bajo el mando de Scar, que gobierna de forma despótica y ya ni siquiera atiende las peticiones de sus fieles seguidores cuando le dicen que siguen hambrientos. Una declaración con la que se entiende perfectamente que todo el proceso de deterioro del reino de Mufasa no es más que un círculo vicioso ya vivido antes en lo que ahora es el cementerio (puesto que hemos vuelto de nuevo a la misma situación). Scar no respeta el equilibrio y por eso el reino se ha ido al garete y las hienas vuelven a pasar hambre. Ahí está precisamente la semilla de que sean ellas quienes terminan matando a Scar, lo mismo que contra Mufasa pero de una forma más directa.

Estas dos conclusiones repito, son las que no he leído en ningún análisis. Nadie ha parecido tener en cuenta que Scar (al que siguen viendo como un revolucionario que está dando un periodo de paz) gobierna de una forma despótica usando a las otrora marginadas hienas como élites para defenderse de quien quiera echarle. Como nota final, no tolera que se pronuncie el nombre de su hermano, con quien detesta que se le compare.


Rafiki descubre que Simba está vivo tras analizar una polvareda que había sido provocada por el propio león, por lo que parte en su busca. En la jungla el príncipe se rencuentra con Nala, quien había huido del reino en busca de ayuda, y trata de convencerle para que regrese a reclamar el trono que por derecho le pertenece, pero el príncipe es reticente.

Por fin llega el momento de hablar de can you feel the love tonight. Magnífica canción en cualquier versión de doblaje, inglés con Elthon John, castellano y latino. Simba y Nala se enamoran, pues ese había sido también el destino que ambos tenían en su interior desde el principio. Dos amigos que ahora encuentran el amor el uno en el otro tras hacerse mayores. Un recurso muy usado en Disney.

Surgen distensiones cuando Simba se ve presionado por ella para que regrese al reino. Reaparecen los antiguos miedos que nunca han abandonado al león, enfrentarse al pasado, sentirse culpable de la muerte de su padre, no estar a su altura, derrumbarse cuando piensa en él y al mismo tiempo echarle de menos. Ni siquiera reacciona cuando le habla de que las hienas lo han invadido todo y se enfada cuando le compara con él. Interesante cuando Simba le habla del Hakuna Matata y ella le reprocha que debe hacer frente a sus responsabilidades, dando a entender que él es demasiado importante como para dedicarse a estar aquí sin hacer nada el resto de su vida.

Como mensaje entre líneas es necesario comentar algo que me ha parecido acertado de los otros análisis, otra vez el discreto papel de las hembras. Aunque Nala parezca a priori una leona osada, viva e independiente, que ha tomado con valentía la idea de irse del reino, no hace realmente nada salvo intentar convencer a Simba de que tiene que volver, algo en lo que en realidad termina fracasando.


Rafiki encuentra a Simba y le pone en contacto con el espíritu de su difunto padre, ahora en las estrellas como el Rey del pasado que es. Mufasa aparece en el cielo y le habla que debe ocupar su lugar legítimo en el ciclo de la vida y que no olvide que él es su hijo, el único y verdadero Rey por nacimiento. Simba entonces, decide volver.

Absolutamente inolvidable la escena de la aparición de Mufasa. El tercer y último encuentro padre hijo de la película con un Simba ya mayor, sirve para que el príncipe reúna fuerzas para afrontar un destino que quiso esquivar tras años de desidia. La conversación con su padre le da el empujón final que necesita para que tome por fin conciencia de quién es realmente y lo que debe hacer. Aquí tenemos el valor y la importancia de la identidad. Algo que hasta ese momento Simba no había querido aceptar. Y ahí Rafiki diciendo “Eso es, corre, vete de aquí” (hombre por Dios, un rey sin reino aquí sin hacer nada).

Y además aquí tenemos también un buen mensaje didáctico que a muchos se les pasa. El Hakuna Matata, ese modo de vida que Simba había disfrutado durante años, queda relegado al olvido después de que el personaje alcance la plena madurez. El verdadero mensaje de todo esto es que no puedes pasarte la vida tumbado en el sofá sin hacer nada porque llega un momento en el que hay que tomar las riendas de la vida, darse cuenta de las responsabilidades que se nos exigen al llegar a una determinada edad. Lo fácil es ser neutral, hedonista, despreocupado y sumiso, lo difícil es tener convicciones y defenderlas, querer tener un papel en el mundo y ser alguien. Ya lo dice simba diciendo que ha logrado sentar la cabeza. Una expresión de quien quiere por fin aceptar sus responsabilidades. Es un mensaje muy válido para la vida.



Simba llega a la roca del honor y reta a Scar a que abdique, lo que lleva a una pelea entre las hienas y las leonas que defienden al otrora príncipe.

Empecemos por el principio. Muy trabajada la escena en que Sarabi compadece ante Scar con todo ese viento de fondo y un cielo lleno de tinieblas, el león le pega por recordarle a Mufasa, sintiéndose de nuevo menos que él puesto que su hermano era un Rey apreciado y querido por su bondad y buen corazón y él detestado en silencio, un sentimiento de inferioridad que no ha podido enterrar ni siquiera con el poder pleno del que ha disfrutado. Scar juega astutamente ante su sobrino la carta de la culpabilidad, puesto que éste sigue sintiéndose culpable por lo sucedido en el pasado, su tío le señala como el asesino de Mufasa (tremendo otra vez lo del rayo sobre su cabeza) y se produce una escena de paralelismo entre padre e hijo cuando está a punto de caer de la roca y Scar le tiene a su merced.

Y aquí tenemos muy a mi pesar (porque de hecho me he dado cuenta de forma espontánea) una exigencia de guión muy grande. Scar es quien le confiesa a Simba toda la verdad sobre la muerte de su padre justo cuando va a tirarle (pese a que el propio Mufasa pudo habérselo revelado en la escena de la aparición, decirle que fue Scar quien le mató). Ahí Simba reúne fuerzas y se libra de una muerte segura cuando Scar va a la lanzare, un gesto que le libera para siempre de los miedos y las culpas. Él ha evitado la misma muerte que acabó con su padre, una muestra de que ahora ha triunfado donde él no pudo. El hijo nunca volver a vacilar.


Scar y Simba luchan hasta que el tío cae desde la roca del honor y las hienas le matan abalanzándose sobre él por haberles acusado previamente ante Simba.

Viéndose acorralado Scar intenta echarles la culpa de todo a las hienas. Se acerca el fin para este personaje traicionero y malvado que no dudaría en entregar a cualquiera con tal de mantener el poder. Simba sin embargo le da una última oportunidad de exiliarse y conservar la vida. Es ahí donde el bueno demuestra lo que le diferencia del malo, la piedad. De nuevo regresa la escena de paralelismo cuando su tío le convenció en la infancia para que se marchara. Scar sin embargo vuelve a traicionarle y le arroja unas brasas (increíble la pelea con el fuego de fondo que aquello parece el mismo infierno).

Tras caer de la roca las hienas, sintiéndose traicionadas, acaban con él. El villano de esta película es víctima de sus propias mentiras, despotismo y ambición sin límites por el poder. La ironía de ser asesinado por sus propios súbditos que le sirvieron para alzarse al trono, sus élites a las que les dio todo lo que quisieron pero a las que dejó sin nada por no ser un buen Rey y acabar condenando al reino al caos más absoluto, un lento y agonizante hundimiento.

Por otra parte los otros análisis hacen incisión en el recurso del fuego, muy presente durante toda ésta parte final, en que hay un incendio provocado por un rayo. Eso le da un tono más épico a la batalla final, pero el fuego es visto como un elemento purificador, algo relacionado con las hogueras en que la inquisición quemaba a los “herejes” por haber osado cuestionar cualquiera de los valores imperantes en la sociedad. Yo personalmente no me pronuncio mucho.

Finalmente Simba asciende a la roca como nuevo Rey mientras oye desde el cielo la voz de su padre. La última escena nos muestra un reino ya recuperado de los estragos de Scar, vuelve a ser verde y próspero como lo era el de Mufasa y los animales han regresado. Desde la roca del honor todos los amigos celebran un acontecimiento. Rafiki alza al cielo a un cachorro de león, hijo de Nala y Simba.

Pocas escenas han podido ser tan épicas como cuando Simba asciende lentamente mientras la lluvia arrastra esa quijada (último vestigio del reino de Scar) al son de la música y Simba mira al cielo tormentoso oyendo la voz de su padre. Puf, qué barbaridad de escena de esas que emocionan una y otra vez.

Personalmente me gusta mucho este esquema en que una película termina como el final de un círculo, como Toy Story 3 o El Principiante por poner algunos ejemplos, en el que la escena final verdaderamente muestra casi lo mismo que la primera pero con los protagonistas ocupando posiciones diferentes, pues a lo largo de ésta historia ha habido un constante paso del tiempo y un proceso de aprendizaje, búsqueda interior y madurez. El reino regresa a su esplendor porque Simba, que fue educado por su padre, respetaba el equilibrio, algo que los malos de esta historia nunca hicieron.

Por otro lado, y entrando ya en los análisis, se dice que aquí volvemos a terminar con un nuevo mensaje conservador. El público se marcha de la sala con una sensación de satisfacción al ver que todo “vuelve a ser como antes”, sin peligros, con un reino orgulloso, con la estructura social del principio intacta de nuevo y con un cachorro que será educado para mantenerlo así en el futuro. Yo la verdad pienso lo mismo que con Mufasa, al futuro Rey se le educará con todos estos valores de responsabilidad y tolerancia, valores que tanto si nos gusta como si no, son muy humanos, muy didácticos y muy importantes en nuestras vidas.