Muy buenas, continúo redactando la historia de Filmaffinity, y toca meterse en un tema importante, la aparición del sistema de votaciones así como la cantidad de ríos de tinta que hizo correr y las inesperadas consecuencias que hubo tanto a corto como a largo plazo aunque evidentemente no podré ponerlas todas en una sola entrada.
El punto y aparte
Nos encontramos a finales de 2006 y FA echaba humo gracias
al sistema de críticas que le había dado la más alta popularidad hasta ese
momento. Tan enorme llegó a ser el tirón de las críticas que a los nueve meses
de inaugurarse ya había películas con más de 300 textos publicados y todo
indicaba que iba a seguir en progresión ascendente. Uf.
Por aquel entonces existían dos formas de ordenar los textos
publicados: mediante la fecha o el voto registrado. Parecía que la cosa se
quedaba un poco limitada por lo que la administración tomó una decisión tras la
cual la página no volvería nunca a ser la misma y supondría un decisivo punto y
aparte en su historia: implantar un servicio para que además de votar las
películas los usuarios pudieran votar las críticas considerando lo útiles que
pudieran ser para el público. De esta forma se contaría con una nueva forma de
ordenar los textos: por voto, fecha y ahora "utilidad".
¡Ay Pablo! ¿A quién
se le ocurrió eso y por qué?
Lo entiendo si tan solo era un desafío para la programación
pura y dura ya que los informáticos a veces tenemos ese punto del gusto por los
retos, pero lo cierto era que esta novedad traería consigo un sinfín de
consecuencias tanto para la comunidad como para la opinión de la página.
Algunas fueron predecibles y otras...tal vez no tanto.
Algo extraño se mascaba ya en el ambiente desde el propio mensaje en que se anunció la novedad en diciembre de 2006 como si de alguna forma no se estuviera seguro del uso que los usuarios le iba a dar, desde luego un claro preludio de lo que iba a ocurrir.
La mentalidad de la administración era únicamente la de
votar y votar intentando ser razonable con respecto a lo que la crítica dijese
y amasar cuantos más votos mejor. Supongo que en ese sentido yo no soy un buen
ejemplo puesto que en todos mis años he debido de votar unas diez o quince
críticas aunque sea tan solo como medida de protesta. Por otra parte se
establecía la mentalidad de “un usuario, un voto”, esto quería decir que nadie
se levantaría de la cama teniendo un 0 de 50 o un 100 de 100 en la última
crítica.
(Los botones de la
discordia ahora en FA)
El nuevo sistema echó a rodar y la primera oleada de
puntuaciones premiaron las críticas más antiguas, un gesto de respeto o de
reconocimiento por llevar más tiempo aunque varias de las que se redujeron a
tan solo unas frases fueron algo más castigadas al verse como primitivas y con
muy poca sustancia al tener tan poco texto.
Sin embargo pasados unos meses empezó a ocurrir algo raro.
Los usuarios más polémicos, es decir los que guardaban menos las formas, se
saltaban todo tipo de reglas en sus críticas, eran más hirientes, tenían las
campanas de Gauss más irregulares, el voto medio bastante bajo y con opiniones
que parecían incoherentes y difíciles de defender, eran irónicamente varios de
los que estaban recibiendo los mayores tanteos, y por ello no tardaron en ver
aupadas muchas de sus críticas a los primeros puestos de utilidad.
De esta forma empezaron a definirse en la página unas
curiosas jerarquías ya que el orden por defecto de las críticas era el de las
puntuaciones en vez de la fecha o el voto, lo que hacía que un visitante
cualquiera viera primero las más votadas. Un usuario medio cuyas críticas
fuesen interesantes podía tener perfectamente un 4-6 (4 usuarios de 6 han
encontrado la crítica útil) pero el usuario polémico podía tener un 30-50, o
sea que ha recibido 80 votos mientras que el otro solo ha recibido 9 cuando en
realidad su crítica es más interesante.
(Sí, ahora esto va de
jerarquías)
No tardaron en aparecer dudas razonables de cómo era posible
que el público pusiese por las nubes críticas de ciertos usuarios que
curiosamente entraban en contradicción con otras. Se convirtió en la primera de una larga serie de divertidas ironías si es que es así como queremos verlo.
Por poner un ejemplo esto
sería como si alguien le pusiera un 1 a Sin City diciendo que: “abusa hasta el
extremo del recurso de la voz en off” y en la crítica siguiente le clavara un
10 a Casino de Martin Scorsese (que el 90% de los diálogos son en off) sin
decir inexplicablemente una sola palabra de eso y que sin embargo ambas críticas
estuvieran muy altas en utilidad. Es lo que yo llamo táctica Tomás Roncero, el
mítico pseudo periodista deportivo del As, decir lo que te de la gana sin
importar la cantidad de veces que te contradigas a ti mismo y pasando
olímpicamente de quien te diga algo por eso. ¿Es esto ser coherente con los
gustos? Yo creo que no, y desde luego tampoco con los votos de las críticas ya
que por alguna extraña razón a nadie de los que votaban positivo parecían
importarles estas incoherencias. En este sentido resultaba hasta gracioso ver
que un usuario que se toma a guasa todas sus críticas luego fuera y publicase
otra con tono serio.
Evidentemente tú navegabas por la página y cuando te
encontrabas cinco o seis cosas como estas era muy fácil él: “Eh ¿pero este no
era el que decía que…?” con lo que la polémica está servida.
(Toda la vida
haciendo obras maestras reconocidas, viene un lelo a decir que son malas y
encima van detrás otros trescientos asnos y le ponen el primero en utilidad.
Aguántales)
Toda esta confusión se elevaba al cuadrado cuando al mirar
sus críticas peor valoradas con tanteos negativos veías que no eran en realidad
muy distintas de las que estaban mejor, por lo que la casualidad o el azar
también parecían tener su miga de importancia sin guardar ningún patrón claro.
En cualquier caso no fue difícil llegar a la conclusión de
que la comunidad no premiaba el saber estar, la objetividad o incluso que como
mínimo la crítica hablara de la propia película para votarle un SI, se
preferían en cambio críticas expresadas de forma mucho más basta y que tuviesen
entre líneas ese puntito de orgullo por la ignorancia tan típico de España.
¿Cómo puede ser posible que de un montón de buenas críticas precisamente la que
acabe siendo más votada sea la que suscita más polémica o la que viene de un
usuario que no sabes por donde te va a salir? (sobre esto tengo mucho que decir pero será
tema para un post futuro). Yo ya no sé si tendrá que ver con que la gente
prefiere más el cachondeo público a la seriedad, aunque desde luego no hace
falta ser un genio para hacerse una idea de la actitud real que había en FA.
La página entró entonces en un nuevo terreno, el juego
de la popularidad, el sistema de valoraciones permitió hacer “populares” a
fuerza de ser los más votados y por tanto más leídos a usuarios que antes eran
normales como todos los demás, lo que a la larga provocaría que a algunos se
les subiera a la cabeza y empezasen a tener unos egos peligrosamente grandes -
de hecho no hay color si comparamos el tono de algunas de las primeras críticas
con las que habría después de publicarse el nuevo sistema -.
Pero lo curioso de verdad es que empezaba a dar la impresión
de que los votados eran en realidad los usuarios y no sus críticas propiamente
dichas, y un tiempo después esta impresión se convertiría en certeza al
comprobar que dijesen lo que dijesen y de cualquier manera parecían tener
garantizado un saco de votos como si para mucha gente darle el SI respondiese
más a un acto reflejo que a otra cosa. En ese sentido aun se pueden ver cosas
delirantes, como que de las primeras veinte críticas de una película por
utilidad la única que la suspende sea curiosamente la mejor votada simplemente
por haberla escrito uno de los de siempre.
(SI - SI - SI - Así parecía funcionar la cosa)
¿Puede esto ser posible?, ¿puede realmente alguien que no
tiene ni repajolera idea de cine y que se esfuerza en demostrarlo día tras día, que no sigue ningún tipo de criterio
defendible a la hora de puntuar, que se contradice a sí mismo en cada crítica y
que provoca mil polémicas arreglárselas para ser un usuario muy votado en una
web que es de cine y tener oleadas de seguidores que votarán SI diga lo que
diga? Pues sí señores, sí que puede, créanselo que no es ninguna broma, es una
realidad como una pirámide, internet es así, y esta precisamente ha sido desde
hace muchos años la gran maldición de la página.
¿Quieren una prueba? Atención a esa pseudo crítica sobre La Roca (1996).
(Creo que el pobre no lo ha pillado, en el cine hay una cosa que se llama "elipsis", quiere decir que entre un plano y otro ha podido pasar una cantidad indefinida de tiempo, ahora que ya se lo he explicado le recomiendo que la vuelva a ver).
El usuario pone de vuelta y media a una de las mejores películas de acción de los años noventa, sin ningún argumento ni razonamiento mínimamente creíble y en vez de recibir el lógico par de collejas y mandarle a tomar viento a la farola han venido cincuenta y seis cachondos mentales - mayores aún que él - y han considerado que esa crítica es más útil que las noventa y cuatro que tiene debajo, pero lo más alucinante de todo es que pese a estar en el octavo lugar de utilidad es la crítica con más SI de toda la película. Con ciento doce pelotas bien gordas.
¿Quieren una prueba? Atención a esa pseudo crítica sobre La Roca (1996).
(Creo que el pobre no lo ha pillado, en el cine hay una cosa que se llama "elipsis", quiere decir que entre un plano y otro ha podido pasar una cantidad indefinida de tiempo, ahora que ya se lo he explicado le recomiendo que la vuelva a ver).
El usuario pone de vuelta y media a una de las mejores películas de acción de los años noventa, sin ningún argumento ni razonamiento mínimamente creíble y en vez de recibir el lógico par de collejas y mandarle a tomar viento a la farola han venido cincuenta y seis cachondos mentales - mayores aún que él - y han considerado que esa crítica es más útil que las noventa y cuatro que tiene debajo, pero lo más alucinante de todo es que pese a estar en el octavo lugar de utilidad es la crítica con más SI de toda la película. Con ciento doce pelotas bien gordas.
Cabe preguntarse qué ocurriría si un crítico profesional se
hiciera un nick y se pusiera a escribir sus opiniones, por lógica deberían ser
las mejores pero lo que seguramente ocurriría es que nadie le haría ningún
caso. Y de hecho está más que claro que si un usuario muy votado publicase críticas con una cuenta falsa ya no alcanzaría las mismas cotas.
Siendo realmente objetivo la crítica mejor valorada debería
ser aquella que resumiera el sentir popular por la película, y dicho sea de
paso esto no es fácil. Una de las mejores que he visto es la del usuario
“Sodapop” sobre Avatar.
“Revolucionando lo
que no me interesa”.
Es un buen título, Avatar fue vendida - y vista - como una revolución total de los efectos especiales y visuales, pero por desgracia el guión adolecía de una alarmante falta de originalidad, factor clave para una película que aspire a ser de culto. El título de la crítica por tanto resume muy bien el sentir popular, con lo que te dan ganas de votarle ya el SI por cómo ha conectado contigo; el usuario lamenta que el guión no fuese mejor pero la nota es un 7 que es “Buena”, no le pone un 1 porque oye, reconozcamos que pese a esos defectos tampoco Avatar es tan mala como para merecérselo.
Es una lástima que esta clase de aciertos fuesen tan solo
aislados y que las críticas más votadas, como ya he mencionado, tuviesen muchas
veces títulos que con cuatro palabras te hicieran ya poner una mueca
o que diesen a entender un discurso que cuestionaría los gustos de
los demás usuarios.
Como conclusión general de esta parte, el nuevo sistema de
valoraciones fue un invento concebido para que el usuario tuviera más peso
específico sobre la página, puesto que era la seña de identidad de la web, por
desgracia no contar con los impredecibles
comportamientos de la sociedad internetiana provocó un uso bastante
descorazonador del mismo. Y lo peor es que todo esto no era más que la punta
del iceberg, porque queda todavía mucha tela marinera. Hasta la próxima.